Fuente: www.rincondeldo.com
En agosto próximo en la asamblea del COI en Rio de Janeiro quedara definitivamente plasmada la firma para la incursión del karate en los 5 aros olímpicos… Algo que era imposible de evitar cuando grandes marcas del mercado empezaron a tallar e impusieron lenta pero inexorablemente sus garras en un nuevo y potencial mercados de 140 millones de almas.
El deporte posee una innumerable cantidad de valores, eso está más que claro. El deportista en si es una persona sacrificada y que entrena en pos de una única meta…GANAR. Y obvio que no estoy descubriendo nada nuevo… Lo viví en carne propia cuando experimenté la práctica deportiva del karate por un espacio que se prolongó unos 15 años (hoy ya llevo más de 4 décadas de practica ininterrumpida), primero como competidor y luego como entrenador…
En dicho lapso de tiempo me dividí entre los días de mi karate tradicional y mi karate deportivo (digamos que fueron los 7 días de la semana) …Igualmente hice lo mismo con mis alumnos… Es decir que lo que expondré no está versado en la historia de otros sino en la mía personal.
Todo ese tiempo embarcado en el área deportiva me aporto una visión diferente de los preceptos en los cuales había sido formado y por lo tanto se basaba mi practica tradicional.
Ésta con valores bien definidos, con elementos culturales de profundo arraigo en mi vida diaria. Mientras que de la otra forma solo me enfocaba en ser mejor que los demás… en ganar a toda costa. Si bien obtuve beneficios personales importantes como conocer mucha gente y viajar representando a mi país (Uruguay) en varias ocasiones, también trajo muchos quiebres dentro de mi escuela. Incluso perdí personas a las cuales consideraba amigos. Cosas que pasan.
Cuando mi tiempo en el deporte y sus actividades inherentes y aleatorias llegaron a su fin, y sin luces de gloria que me encandilaran (nunca paso) … por suerte tenía mi fiel karate de DOJO intacto para continuar con la senda.
Luego de toda esta parafraseada que solo sirve para cimentar mis dichos quiero expresar que esta historia que me sucedió a mi… para las nuevas generaciones no va a existir…Porque? Simple, nunca conocerán un Dojo y sus ricas tradiciones, solo un gimnasio…Todo su mundo girara sobre el tatami, el karategi de extra dimensiones, los guantines y zapatones azules y rojos… y los métodos que imponga el Coach de turno para mejorar la capacidad físico-atlética… basándose en las 4 o 5 técnicas “similares a algunas que se practican en karate” de mayor puntaje y vistosidad… eso para los competidores de Kumite.
Para los de kata, la cosa cambia. Ahora deberán a aprender aun más acrobacia, coreografía, expresión escénica…y haaaaaaa…me olvidaba dos o tres katas de no importa que escuela, mientras contengan aquellos matices y formas que permitan ser mejor moldeados, aunque el resultado final poco tenga que ver con la versión original.
Lo digo de corazón…me gustaría que alguien me rebatiera algo de lo que digo…sería muy interesante y porque no enriquecedor para mí.
Ya hoy los puntos son gritados en la cara del contrario como goles…hoy las campeonas aparecen en tapas de revistas y no justamente de deportes. Y que quede claro que no soy ningún purista, ni me auto flagelo por esto…No pertenezco a ninguna “secta de karate” ultraconservadora.
¡Estoy en contra de esto…noooooooooooooo!!!!!!!!!!!!!!!…A esto le llaman evolución, y quien puedo ser yo para oponerme. Solo estoy en contra que se lo llame: k a r a t e.
Porque para el que no sabe nada, de aquí en más esto que ven será sinónimo de karate. Y los que como yo se dedican a sus pocos alumnos estudiando el detalle en cada técnica, manteniendo viva la llama de la búsqueda, y los valores éticos e históricos, probablemente pasaremos a ser llamados “locos místicos”, apegados a un ayer que cada día se pierde más en la nebulosa del tiempo.
En esta ‘crónica de una muerte anunciada” voy identificando a los sensei como a esos artesanos de oficios ya inexistentes. Donde la tecnología por un lado y la industrialización por otro los fueron matando y desterrando al olvido.
Tal cual el orden planteado de las cosas… Este mundo del “karate” se va a ir dividiendo en dos extremos bien definidos…En uno estarán los Olímpicos con la WKF a la cabeza y en el otro los que incursionaran en prácticas más duras como ya lo es la MMA por ejemplo…. Y en el medio, el desconcierto.
Quien gana y quien pierde en todo esto….Fácil, ganan los señores de cuello y corbata que cobran afiliaciones, que cobraran su participación en qué tal o cual marca patrocine a los atletas “karatekas”, que cobran derechos de transmisión de los eventos…En fin un maravilloso arte basada en la humildad pasa a ser parte del tinglado de la globalización…Y quien pierde…fácil también, el 90% de los que nunca ganaran una medalla y con sus aportes engordan a unos poquitos…La historia siempre es la misma…
Pero lo importante es la enorme felicidad que desde el pasado 2 de junio miles manifiestan en las redes sociales al enterarse de la confirmación de la inclusión del karate entre los 5 deportes elegidos por el COI.
Al final de esta historia igualmente yo me siento feliz…Porque pienso que los antiguos maestros siempre quisieron que su arte quedara en pocas manos.
Y así será.
Gerardo Balves
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